Todos nosotros, en mayor o menor medida, usamos la tecnología en nuestro día a día para mejorar nuestras capacidades de relación, aprender, descubrir el mundo, trabajar, comunicarnos, etc.
¿Todos nosotros? ¿Es eso cierto? Tal vez ese todos al que estamos acostumbrados se limite a aquellos que disfrutamos plenamente de nuestra autonomía personal, es decir, aquellos que no tenemos limitaciones físicas o cognitivas.
Quizás, ese todos seamos la gran mayoría. Y quizás por eso no somos conscientes de esa otra tecnología, la tecnología de apoyo, con la que se consigue que realmente todos, incluyendo a las personas con algún tipo de discapacidad, podamos mejorar nuestras capacidades de relacionarnos, aprender, descubrir el mundo, trabajar y comunicarnos sin límites.
En Fundación Romper Barreras creemos que la tecnología de apoyo puede mejorar y producir un cambio significativo en la vida de las personas con discapacidad. Estamos convencidos de que juntos podemos romper las múltiples barreras con las que cada día se encuentran muchas personas de nuestro entorno.
Joaquín Romero
Creemos que todas las personas tienen derecho a ser autónomas y a decidir sobre su día a día teniendo en cuenta sus capacidades individuales.
Somos conscientes de que las limitaciones y las barreras existen, pero también creemos que, juntos, podemos romperlas.
Necesitamos de personas empáticas como tú para poder llegar al máximo número de personas que realmente requieren de los recursos, la innovación, y los medios para compensar sus limitaciones y mejorar su autonomía personal y calidad de vida diaria.
Personas comprometidas, sensibles y valientes, que con su tiempo y/o recursos económicos permitan a la Fundación Romper Barreras cumplir con el cometido legado por Joaquín Romero: romper las barreras visibles e invisibles que las personas con discapacidad se encuentran cada día.
En 1990, Joaquín Romero, un joven barcelonés que acababa de finalizar sus estudios de arquitectura técnica y que soñaba con subirse a los andamios de las obras que diseñaba, fue diagnosticado de esclerósis múltiple, una larga y limitadora enfermedad que cambiaría su vida para siempre.
Joaquín, consciente del giro que su vida iba a tomar, diseñó, al igual que hacía con sus proyectos de arquitectura, un plano para su nueva vida.
En el centro de ese plano Joaquín dibujó la autonomía personal y la dignidad, y a partir de ahí siguió diseñando, junto con sus hermanos Borja y Carlos, una serie de espacios que fueran capaces de adaptarse a su enfermedad y que le permitieran cumplir con su objetivo central: seguir siendo él; ser siempre él mismo el protagonista de su vida.
Así fue como Joaquín, junto con su hermano Borja, constituyeron en 2002 lo que es hoy en día una gran empresa de diseño, fabricación y distribución de productos de tecnología de apoyo: BJ Adaptaciones.
Y así, su sueño fue cobrando vida con un propósito forjado en su ADN: “Conseguir que todas las personas con discapacidad puedan sentirse acompañadas en todo momento por una entidad “amiga”, que entienda su situación, y viva junto a ellos sus problemas y dificultades.”
Gracias a la vitalidad y fortaleza de Joaquín, esa meta es hoy en día una realidad a través de la Fundación Romper Barreras, que da respuesta a muchas de las situaciones por las que Joaquín tuvo que pasar a lo largo de su enfermedad, compensando las limitaciones con las que algunas personas se topan en su camino.
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